Probablemente nadie pondrá en duda que las personas pueden tener miedo a las emociones negativas. Sin embargo, y aunque a muchos les pueda parecer extraño, las personas también pueden tener miedo a las emociones positivas. Este fenómeno ha sido menos estudiado, pero cada vez hay más evidencia de que emociones positivas como la felicidad, la seguridad, la bondad y el amor no necesariamente son experimentadas como agradables, sino que también pueden ser temidas. Esto puede tener un gran efecto en nuestras vidas porque las emociones positivas están relacionadas con nuestro bienestar psicológico. Además, el miedo a las emociones positivas está asociado a diferentes trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad.
La existencia del miedo a las emociones positivas puede hacer que nos preguntemos: por qué existe este miedo. Existen diferentes hipótesis que intentan responder a esta pregunta. Investigadores señalan que algunas personas en su infancia pueden haber sido castigadas o abusadas mientras estaban haciendo algo que los hacía sentir felices. Esto podría causar que las primeras experiencias de felicidad se vieran asociadas con emociones negativas. Otra hipótesis es que las personas interpreten las emociones positivas como una señal de peligro, ya que en el pasado dichas emociones hicieron que bajaran la guardia, lo cual les trajo consecuencias negativas. Estos individuos piensan: ‘La felicidad nunca dura. Cuando me siento feliz siempre espero que algo malo suceda’.
Investigadores también señalan que la cultura puede influir en el miedo a las emociones positivas. Por ejemplo, se espera que culturas de Asia Oriental presenten más miedo a la felicidad que las culturas occidentales. Esto se podría deber a la existencia de determinadas creencias que propician el miedo a la felicidad. Por ejemplo, hay un dicho chino que dice: ‘La felicidad extrema trae consigo tragedia’. Según algunos investigadores, el miedo a la felicidad presente en personas de culturas asiático orientales hace que éstas prefieran emociones positivas que no activen sus miedos (p.ej. relajación, satisfacción). Mientras que personas de culturas occidentales, en general, prefieren emociones positivas con mucha activación (p.ej. vigor, alegría).
Como anteriormente mencionado, el miedo a las emociones positivas se asocia con problemas psicológicos. Sobre todo se ha investigado la relación entre el miedo a las emociones positivas y la depresión. Varios estudios apuntan que personas con depresión pueden experimentar miedo hacia las emociones positivas, lo que en algunas ocasiones les lleva a evitarlas. Por tanto, no solo es que las personas con depresión no puedan experimentar placer (anhedonia), sino que alguna de ellas también presentan miedo a experimentar emociones positivas.
En un estudio fue investigado si el miedo a las emociones positivas era más grande en personas con síntomas depresivos que en personas sin estos síntomas. Se analizaron 39 pacientes con síntomas depresivos, leves y graves, y 41 personas sanas. Los resultados mostraron que las personas con síntomas depresivos presentaban más miedo hacia las emociones positivas que personas sin estos síntomas. En este estudio también se encontró que personas con depresión eran relativamente capaces de experimentar emociones positivas, pero las temían. Según algunos investigadores, una posible explicación a esto sería que personas con síntomas depresivos conocen menos las emociones positivas que las emociones negativas. Esto haría que se sintieran más seguros al experimentar emociones negativas. Además, estas emociones negativas afirmarían su visión del mundo, lo que también sería una motivación para tener dichas emociones.
Muchos tratamientos para la depresión se centran en disminuir las experiencias negativas y aumentar las experiencias positivas. Sin embargo, como se ha dicho aquí, personas con depresión pueden tener miedo a las emociones positivas. Por tanto, algunos investigadores indican que puede que no sea suficiente con que las personas con depresión experimenten situaciones positivas, sino que también deben practicar la aceptación de emociones agradables. El entrenamiento en Mindfulness parece una buena solución para esto. Este entrenamiento tiene como objetivo enseñar a vivir en el aquí y ahora, con una actitud abierta, amigable y de aceptación, sabiendo que las emociones son temporales. Un estudio indica que el entrenamiento en Mindfulness puede conducir a una mayor experiencia de emociones positivas y una mejor actitud al realizar actividades agradables. Los investigadores señalan que una posible explicación de esto es que Mindfulness fomenta una actitud de aceptación hacia las experiencias emocionales. Cuando las personas finalmente se atreven a aceptar las emociones positivas, entonces disminuirá, o incluso se extinguirá, el miedo hacia ellas.
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